lunes, 17 de mayo de 2010

...Roma arde...

...Roma arde, dijo mientras se servía otra copa, y sigo hundido hasta las rodillas en un río de mujeres.

Aquí llega, pensó ella, otra diatriba empapada en whisky sobre lo maravilloso que era todo en el pasado. Y sobre como nosotros, pobres almas perdidas, nacimos tarde para ver a los Stones o para esnifar coca como ellos en el Studio 54. Parece que todos hemos perdido todo aquello por lo que merece la pena vivir y lo peor de todo es que ella estaba de acuerdo con él.

Aquí estamos, pensó ella, en la cima del mundo, en el límite de la civilización occidental. Y todos nosotros estamos tan desesperados por sentir algo, cualquier cosa, que seguimos chocando unos contra otros y jodiéndonos el camino hasta el fin de los tiempos...




...Lo de arriba no es mío. Ojalá. Es solo una más de las grandiosas reflexiones de la serie Californication. Esa serie que, más allá de lo obvio, consigue ponerme los pelos de punta con sus diálogos, embadurnados de cierto pesimismo nihilista. Citar también el temazo que acompaña el video, "Dont let us get sick", del siempre ilustre Warren Zevon....

...Nada más, hasta la proxima.

-Pequeño cunnilinguista

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